Mientras que la industria comienza a entender la importancia del matrimonio publicidad y videojuegos, los más viejos de la Generación Y son incluso demasiado jóvenes para recordar el primer advergame.
En 1983 Mattel publica Kool-Aid Man por Atari e Intellivision. El juego, para promocionar Kool-Aid, era muy flojo incluso para los estándares de Atari. Una revista lo calificó como el juego estúpido de 1983. Mientras que pudo ser un videojuego muy mal diseñado (se hicieron dos versiones muy diferentes para dos plataformas distintas en un tiempo extremadamente corto), la idea del desarrollo para una marca era muy adelantado a su tiempo.
Al mismo tiempo, Midway desarrolló un polémico arcade para Budweiser llamado Tapper. En este título el jugador se pone en los zapatos de un camarero y debe servir a clientes impacientes y sedientos antes de que se agote su paciencia, todo esto acompañado de la publicidad de Budweiser de fondo. Estaba previsto que el videojuego se distribuyera solamente en tabernas, pero el juego se hizo muy popular y empezó a distribuirse en máquinas de arcade por todo EEUU. Pronto los niños empezaron a jugar y poner en marcha estas tabernas virtuales. Los padres interpretaron esto como publicidad de bebidas alcohólicas para niños. En consecuencia el juego se convirtió en Rootbeer Tapper eliminando la publicidad de la marca.
Esta promociones fallidas que sirvieron como errores ilustrativos, y pese al popular juego BurgerTime (simple y eficaz promoción de las hamburguesas cuadradas), no ayudaron a convencer a los publicistas que debieron pensar que no era un modelo adecuado de promoción o simplemente que el mercado no era lo suficientemente maduro.
Los juegos de películas tenían un éxito relativo sobretodo durante la promoción del film, con títulos como La Guerras de las Galaxias (Star Wars) e incluso El Ataque de los Tomates Asesinos (Attack of the Killer Tomatoes) que mantenían a los fans contentos y suponía unos pingües beneficios extras.
La promoción de juegos de éxito fluyo incluso en la dirección opuesta en algunos casos, con el Pac Man convirtiéndose en cereales para el desayuno, y Super Mario que se convertiría en una serie para la televisión.
Últimamente, sin embargo, la promoción de productos y marcas han tenido un éxito increíble con el advergaming. Las cifras de implicación del cliente en los juegos indica que el advergaming ha recorrido mucho camino desde Kool-Aid Man. El tiempo de interacción del jugador con algunos juegos llega más allá de 30 minutos, y se espera que el gasto en advergames y en in-game advertising se aproxime a los mil millones durante los próximos años.
El branding se dispersa a través de multitud de canales, juegos basados en películas, películas basadas en juegos con product placement, música de marcas deportivas, y así sucesivamente. Uno se pregunta si llegará el día en que la publicidad financie grandes desarrollos de videojuegos como sucede con el cine.